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Y así, parece que esto apenas comienza cuando ya ha llegado a su fin.

 

La experiencia de la asignatura de Didáctica de las Artes Visuales ha concluido, dejando un cúmulo de emociones y aprendizajes que, al principio, ni siquiera podría haber imaginado.

Al inicio, todo fue un tanto inesperado. Éramos un grupo de completos extraños, cada uno con sus propias expectativas y trasfondos, sin tener idea de la aventura que estábamos a punto de emprender. La asignatura, guiada por dos profesores, se reveló como una experiencia que trascendió las meras lecciones académicas.

Ángel, desde el primer día, me sumergió en lo que serían los próximos cuatro meses de mi vida. Nos habló de las actividades, de los proyectos, nos introdujo en un mundo de posibilidades que, en ese momento, nos parecían lejanas. No lo conocíamos, y sin embargo, su entrada en nuestras vidas marcó el comienzo de algo que ninguno de nosotros esperaba.

 

A lo largo de estos casi cuatro meses, hemos compartido risas, desafíos y descubrimientos artísticos, creando lazos que van más allá de lo académico. La experiencia de aprender con estos dos profesores ha sido reveladora, no solo en términos de conocimientos adquiridos, sino también en la formación de conexiones humanas genuinas. Este cierre no solo marca el fin de una asignatura, sino el comienzo de una etapa en la que llevaremos con nosotros no solo los conocimientos, sino también las amistades forjadas en el camino.

Ha sido toda una aventura. Desde el inicio, cuando nos embarcamos en la salida de campo, hasta la inesperada tarea de crear nuestra propia página web para documentar y compartir todas nuestras experiencias. Nadie lo esperaba, pero esta iniciativa se convirtió en un viaje fascinante que nos permitió consolidar todo nuestro aprendizaje en un espacio virtual común.

Subir nuestras vivencias, fotos y videos en un mismo lugar no solo ha sido una forma de archivar nuestro progreso, sino también una oportunidad para aprender de los demás. La creación de esta plataforma digital, como nos propuso Ángel, nos permitió evaluarnos mutuamente y expresar nuestras apreciaciones con "me gusta" en las fotos y videos de nuestros compañeros y compañeras. Este intercambio nos brindó una perspectiva única, permitiéndonos votar por aquellas imágenes que más nos impactaron.

Por otro lado, esta experiencia no fue solo virtual; también tuvimos la extraña oportunidad de realizar no una, sino dos salidas de campo con la clase. La primera nos llevó a explorar y fotografiar la ciudad, revelándonos habilidades que ni siquiera sabíamos que poseíamos. La segunda nos sumergió en el mundo de los museos, donde pudimos expresar de manera inmediata nuestras primeras impresiones al contemplar una obra de arte, plasmándolas en videos que quedarán guardados para siempre.

Ambas salidas de campo han sido maestras por derecho propio. Me han enseñado lecciones valiosas que van más allá de cualquier clase tradicional de la universidad. A través de estas experiencias, he descubierto que el aprendizaje no solo reside en las aulas, sino en la exploración activa, la expresión creativa y la interacción constante con mis compañeras. Este viaje ha redefinido mi concepción de la educación universitaria y ha dejado una huella imborrable en mi desarrollo personal y académico.

Por último, pero ciertamente no menos importante, cada una de las experiencias que he tenido el privilegio de llevar a cabo ha sido un regalo tanto a nivel de aprendizaje como personal. He explorado un abanico de actividades que han desafiado y enriquecido mi comprensión del arte y la fotografía. Desde jugar con las fotos de nuestros antepasados hasta utilizar nuestro propio rostro y un escáner, construir nuestras cámaras estenopeicas y revelar nuestras propias fotografías, cada paso ha sido una travesía única.

Sin embargo, la experiencia más reveladora ha sido la realización del RIP. Esta actividad me proporcionó la oportunidad de sumergirme profundamente en el papel de un artista. Fue un ejercicio de empatía, donde me vi desafiada a comprender tanto al fotógrafo como al sujeto de la fotografía. Sumergirme en sus perspectivas y tratar de imitar lo más fielmente posible la obra del artista fue un desafío que me hizo reflexionar y entender más a fondo la complejidad y la creatividad detrás de cada imagen.

Todo este conjunto de experiencias y aprendizajes ha quedado plasmado de una manera única en un libro que nosotros mismos hemos creado con nuestras propias creaciones. Este libro no es solo un testamento tangible de nuestras habilidades y esfuerzos, sino también un recordatorio constante de la capacidad que tenemos para aprender y crecer a través del arte.

Esta asignatura ha sido verdaderamente el arte de aprender. Ha superado las expectativas, desafiado mis percepciones y me ha llevado a explorar no solo las técnicas de la fotografía, sino también las profundidades de nuestra propia creatividad y capacidad de expresión artística. Cada página de ese libro es un testimonio de nuestro viaje compartido en el arte de aprender, y estoy agradecida por cada momento de esta experiencia única.

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